Mi Otro Blog

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jueves, diciembre 08, 2011

RAACh y SigSag

¿Qué es la Cadena Apícola? ¿Cuán representativas son las organizaciones nacionales?

Con esta nueva crisis de mercado por el tema de los transgénicos en nuestras mieles me he tenido que meter de lleno en el trabajo gremial. Desde que entré a la apicultura hace como 10 años he participado en cuanto seminario, simposio o curso se ha dictado. Como reza el dicho, en el "país de los ciegos el tuerto es rey", y con pesar debo reconocer que nuestra apicultura está constituida de muchos ciegos.

Ciegos, porque por muchos años tener abejas era cosa sencilla. Recién en 1992 entró la varroa a nuestro territorio y con ella se comenzó lentamente a profesionalizar nuestra actividad. Antes, bastaba poner "un cajón de manzanas" y una vez al año cosechar la miel que sobraba. Era cosa de cazar algún enjambre y las bichas de mutuo propio hacían todo el trabajo. No era necesario saber mucho, los cajones no se abrían, no era necesario curar ninguna enfermedad. Había mucha vegetación nativa y malezas por el menor uso de agrotóxicos.

Como contra partida la miel no tenía precio.

Frente a esta realidad no era necesario tener ninguna organización gremial. Todos eramos en potencia apicultores. Todos podíamos tener un cajón de manzanas para recibir un enjambre en nuestro patio.

Después de la entrada de la varroa a Chile, lo que muestran las estadísticas es un cambio notable en la forma de hacer apicultura. Los cajones rústicos tienden a desaparecer y los cajones modernos, esto es de marcos móviles comienzan a aparecer.

Pero no sólo cambia la forma de hacer apicultura, también cambia el paisaje. Después de destruir por años nuestros suelos, desforestando y dedicados a producir granos, la tierra se agota y sobreviene el modelo forestal. En paralelo aparece la fruticultura, como una potente fuente de ingresos para el país.

La fruticultura demanda los servicios de polinización y ese es un rasgo distintivo de nuestra apicultura nacional.

En conjunto con esos cambios, recuperamos la democracia y el Estado vuelve a tener importancia en el desarrollo rural.

Como siempre la apicultura se transforma en el caballito de batalla de este desarrollo. A través del INDAP se promueve la apicultura como una actividad que permite ingresos complementarios a lo que hoy llaman Agricultura Familiar Campesina.

Desde el ingreso de varroa, promovido por el Estado, se comienza a dar una incipiente organización al rubro. Se forma primero las Redes de Apicultores. Se formalizan estás redes a través de asociaciones gremiales. En paralelo se crean algunas cooperativas. Se constituyen las Mesas Apicolas regionales y la Nacional. Se creo el Centro Nacional Apicola y la Asociación de Exportadores de Miel. Recientemente se crea Fedemiel, la Cooperativa de Criadores de Abejas Reinas y el Consorcio Apicola.

Estas nuevas organizaciones con el apoyo estatal comienzan a dar forma a Simposios Apicolas cada dos años. Puerto Montt, Concepción, Viña, Santiago son sedes de sendos congresos donde se va perfilando la organización de lo que hoy llamamos la Cadena Apícola.

Pero cuan representativas son estas organizaciones?.

Como en todo orden de cosas, mientras la vida sea sin problemas, poco valoramos las organizaciones. Estás, en nuestra cultura, sólo tienen sentido cuando enfrentamos algún problema. A los dirigentes los dejamos solos, sin financiamiento para operar, y queremos que nos traigan resultados pronto. Por eso nadie quiere ser dirigente.

Hoy enfrentamos el problema de los OGM en nuestra miel y cabe preguntarse si las organizaciones están a la altura de las circunstancias.

Junto a los anterior cabe preguntarse que tipo de organización es la que necesitamos a futuro. El futuro demanda una actividad cada día más profesionalizada. No sólo para prestar un buen servicio de polinización, sino que también para aprender a coexistir en el territorio, desarrollar nuevos mercados y capacitarnos para enfrentar una actividad cada día más exigente.

¿Cómo logramos hacer una apicultura que este acorde a las oportunidades y restricciones que impone nuestra particular geografía?

Lo primero - a mi modo de ver - es saber quienes somos?, dónde estamos? y cómo enfrentamos nuestra actividad?.

Frente a esta disyuntiva de la presencia de polen OGM en nuestra miel, el Servicio Agricola y Ganadero pone al servicio del país y la actividad un Sistema de Información Geográfico. Sistema que deja contento a parte de las organizaciones, pero que no aporta en las preguntas básicas que permiten definir políticas públicas. Es una solución individualista, potencia el "1,2,3 por mi", pero deja afuera a la opción de ... "y por todos mis compañeros".

En paralelo, casi como un esfuerzo personal, pero acompañado por algunos actores de la Cadena, estamos trabajando en el diseño del Registro de Apicultores y Apiarios de Chile - RAACh. Hoy pueden ver una maqueta de esta iniciativa (update 12082012 perdimos el respaldo ... vuelve a start).

Pero como esta es una propuesta privada, para que tenga éxito requiere de la participación de los distintos actores. Y además requiere que pensemos cuál es ese modelo de asociatividad que visualizamos ante este nuevo escenario cada día más profesional. requiere que pensemos en el ... "y por todos mis compañeros". ¿Cuán grande y abarcador es el "nosotros" que estamos dispuestos a asumir?

¿Quién debe ser el dueño del RAACh? ¿cómo sustentarlo en el largo plazo? ¿cómo usar sus datos - protegiendo la información privada - para generar políticas públicas?

En fin, hoy tengo más preguntas que respuestas.

Espero que mi participación el Workshop de Berlin que comienza pasado mañana me de más claridad de como enfrentar estos desafíos de futuro. Somo mucho más que miel, somos reserva estratégica de vida, pero debemos hacernos cargo de este desafío y la pregunta es ¿Cómo?.

Debemos definir el "nosotros" y operarlo desde el mundo privado. Debemos ser "nosotros" los que definamos las políticas públicas que queremos que nuestros empleados del Estado lleven a la práctica.

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